Encarna Espunya
En otros ámbitos aparentemente diferentes, pero que también suman a mi experiencia profesional y humana, está mi formación en el post-grado en fisioterapia pediátrica en la Universidad de Valencia (España) y mi activa participación como asesora y docente de manera voluntaria en ONG’s en el ámbito de la discapacidad, tanto en Valencia (España) como en Santiago del Estero (Argentina).
Lo más interesante de todo esto es que en el año 2013 mi vida cambió, ya que, hasta ese año, sufría dolores musculo-esqueléticos y otros síntomas que me acompañaban desde que tengo memoria. Tenía además artrosis en las manos, lo que convertía mi trabajo como fisioterapeuta y terapeuta manual en un verdadero suplicio. Sentía dolor diariamente y haciendo, además, lo que más disfrutaba; pero había aprendido a vivir con ello, ya que el dolor, según me habían diagnosticado, era “crónico” y había asociado crónico a incurable, como hacemos muy a menudo equivocadamente.